jueves, 5 de noviembre de 2009

Nada que se consiga sin pena y sin trabajo es verdaderamente valioso. Joseph Addison

Crónica de un conflicto

Un paro de subte y, según algunos medios, la ciudad está que estalla. Según el nivel de confrontación que tenga el medio en cuestión con el gobierno nacional, las críticas se reparten hacia distintos lugares, el ministerio de Trabajo, el gobierno nacional, la CGT o la “zurda loca”. Proponemos a continuación una crónica de los hechos que desembocaron en un nuevo paro del subte.
La Asociación Gremial de Trabajadores del Subterráneo y Premetro (AGTSP) se constituyó por libre decisión de los trabajadores del subte hace más de un año atrás. El 5 de septiembre de 2008 se inició el trámite de inscripción ante la autoridad administrativa; y el 3 de noviembre de 2008 la Dirección Nacional de Asociaciones Sindicales emitió dictamen favorable a su inscripción por haberse cumplido en debida forma con todos los pasos y requisitos legales.
El 28 de noviembre de 2008 (hace ya casi un año) la Secretaria Nacional del Trabajo, Noemí Rial, elevó el proyecto de resolución de inscripción gremial (fs. 112 del expediente). Pero pese a contar con el dictamen técnico legal favorable y con el proyecto de la resolución, el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, no la firmó y retuvo el expediente. Vencidos todos los plazos legales, en junio de 2009 se presentó un pedido de pronto despacho. EL ministro siguió sin firmar. El 29 de septiembre de 2009 el Juzgado Nacional del Trabajo nº 79 dictó resolución ordenándole a Tomada que resolviera en el expediente. Sin ningún argumento válido, el Ministro apeló esa resolución, estirando innecesariamente la solución del problema. El 27 de octubre la Sala X de la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo confirmó en todos sus términos la resolución judicial que le ordenaba inscribir al nuevo sindicato del subte.
Si existe dictamen favorable de los propios asesores legales del Ministro; si está el proyecto de resolución de inscripción gremial elevado por la Secretaria de Trabajo, Noemí Rial, desde hace casi un año; si ya se vencieron todos los plazos legales; y se dictaron dos sentencias judiciales ordenando que resuelva; ¿por qué, el ministro Tomada no firma la resolución de inscripción gremial del nuevo sindicato del subte y premetro?
El art. 14 bis de la Constitución Nacional establece el derecho de formar sindicatos sin autorización previa, con el solo requisito de su inscripción en un registro especial. El Ministerio de Trabajo viola abiertamente la norma constitucional convirtiendo al trámite de inscripción en un mecanismo selectivo por el cual se otorga la inscripción solamente a aquellos que son del agrado político del poder, atropellando los derechos a la libertad y autonomía sindical de los trabajadores, en este caso del subte.
Durante el verano de 2009 el grueso de los empleados del Metrovías participaron de una consulta, verificada por escribano público, donde se manifestaron por la creación de un nuevo sindicato propio. Más de 1.600 trabajadores del subte ya están afiliados a la nueva organización sindical, aun antes de que ésta cuente con la inscripción gremial, lo que expresa sin lugar a dudas cual es su voluntad.
No se está discutiendo ahora quien tiene la personería gremial, es decir quién tiene la representación única que establece la ley de los empleados del subte. De lo que ahora se trata es que el Ministerio cumpla con su función administrativa de registrar a la nueva organización gremial, trámite que según la ley no puede ser condicionado de ninguna forma.
El Ministro de Trabajo viene incumpliendo con sus deberes de funcionario público al negar la inscripción gremial peticionada, vulnerando así el Convenio 87 OIT, pactos internacionales ratificados por nuestro país e integrados en forma directa a nuestro ordenamiento jurídico, la Constitución Nacional, y hasta la ley 23.551 de asociaciones sindicales.
Pero mientras demoraba ilegalmente la firma de la inscripción, homologó un acuerdo entre directivos de la UTA y la empresa Metrovías, para descontar compulsivamente el 1% de los salarios a todos los trabajadores del subte que se desafiliaron masivamente y pasaron al nuevo sindicato, con destino a las finanzas del sindicato que abandonaron y repudian.
Un simple trámite de inscripción gremial derivó en un conflicto de alcances impredecibles, con amenazas y agresiones hacia a los trabajadores, y con las molestias y perjuicios de los usuarios. Todo esto por un funcionario que no cumple con sus funciones.

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