miércoles, 11 de noviembre de 2009

Todo artesanal (Xul Solar)


¿Qué pulsión lleva a un hombre a doblar estructuras, a romper con lo establecido y crear?: ¿una sana obsesión por trascender, inquietud artística, alegría o tristeza, alcanzar la sabiduría universal, el primitivo y último objetivo de ascender en el conocimiento espiritual?

Xul Solar fue un creador, artista y estudioso de muchas disciplinas, una excepción que mucho abarcó y apretó aun más. A contracorriente de la especialización que nos lleva a saberes más parciales y específicos, Xul Solar se dedicó a la música, el estudio del lenguaje, la escritura, la astrología, el I Ching, la arquitectura y logró volcarlos y mezclarlos en la pintura. Pero a todos los modificó, los adaptó. No se quedó con lo que se sabía o se creía saber, en cambio realizó una inquieta búsqueda en su afán de perfección.

“Soy creador de una lengua universal –la panlingua– sobre base numérica y astrológica, que tanto contribuiría a que los pueblos se conociesen mejor unos a otros. Soy creador del neocriollo (hibrido del portugués, español y guaraní), lengua que reclama al mundo de Latinoamérica” describió para una revista en 1947. Incorporó estas lenguas en sus cuadros e incluso escribió poemas y artículos. También ensayó nuevas formas de comunicación con grafías, una escritura plástica compuestas por símbolos y letras solo entendibles si se conoce el código.

“Sus pinturas son documentos del mundo ultraterreno, del mundo metafísico en que los dioses toman las formas de la imaginación que los sueña” escribió su amigo Borges. Esas obras fueron la forma de escribir sus ideas y descubrimientos y de adaptarlas y malearlas a su antojo. Arquitectura, religión, filosofía, imágenes de un futuro que se imaginaba, como una ciudad volante, un hombre-avión o una Latinoamérica hermanada en una bandera, fueron algunos de los temas que trató en su obra. Realizó estudios del I Ching (El libro de las mutaciones), en el que se pintó junto a los maestros que lo crearon; la Cábala, en los Pan Árboles, astrología y el zodíaco.
 
En un ataque de humildad y humor se decía Catrólico (ca –cabalista, tro –astrológico, li –liberal, co –cooperador) y recreador, no inventor, pero Borges pensaba que era uno de los “acontecimientos más singulares de nuestra época”. ¿Será el saber y el conocimiento que nos llevan a dudar y crear o también será la genialidad y rebeldía?

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