Eran las dos de la mañana de un día ajetreado. Me disponía dormir plácidamente en compañía de mi novio de entonces cuando despuntó la pregunta:
¿qué es eso?
Eso que está a los pies de la cama? Es una silla.
Cómo sabés que es una silla?
Por que tiene cuatro patas.
Como la mesa.
Cuatro patas y un respaldo.
Como el sillón.
Pero no tiene apoyabrazos.
Hay sillas con apoyabrazos.
Son las dos y media de la mañana, ¿no podemos dormir?
Si claro, disculpá. Y se durmió.
A las cuatro yo seguía fija en la maldita silla. Qué hace que sea una silla? Dónde está el concepto, la esencia, lo que la hace ser eso y no otra cosa?
Desde Cutral Có hasta aquí lo que la prensa bautizó como piquetes fue mutando en su intensidad, en las razones que lo convocan y en sus protagonistas.
Lo que en verdad sucedió en Cutral Có fue una protesta social – sindical, que como tal está garantizada en la Constitución Nacional.
Pero medios inescrupulosos, patronales mal acostumbradas a la explotación y autoridades gubernamentales que van del discurso a los palos con demasiada y lamentable frecuencia sintieron que esta forma de manifestación era un cachetazo a sus intereses.
Comenzó entonces cada uno a aportar “su” visión de “fenómeno” que resultó para los medios el fastidio permanente de la congestión del tránsito, para las patronales el avasallamiento a la propiedad privada, y , en el caso de las patronales del agro, el apropiamiento de la forma de protesta, esta vez transformada en inexplicablemente legítima.
Para las autoridades gubernamentales hubo de todo: negociación, cooptación, represión, tolerancia, dependiendo de los caprichosos vientos políticos y del tamaño de las fuerzas en juego.
Hoy, una vez más, todas estas fichas del tablero se ponen en juego en el conflicto que Kraft Foods mantiene con sus trabajadores. Aquí también se agregan el canibalismo sindical y la vendetta gubernamental, lo que transforma el escenario en una vergüenza para todos y todas las personas de bien que habitan nuestro suelo.
Es hora de observar con seriedad el contenido de los reclamos, la situación de la fuerza trabajadora nacional y los cambios que se suceden en su seno, para ver una más que interesante oportunidad de crecimiento mancomunado de la sociedad con dignidad y respeto.
Lo demás se llama transas, gases y balas de goma.
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